
miércoles, 21 de mayo de 2008
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El comienzo en la intervención del paisaje, con carácter artístico, viene de los años 60. Los artistas, vieron el paisaje como una continuación de la galería de arte, pues lo entendían como artificio. Vieron estratos en la tierra, estratos de historia que se conforman con los años y sobre lo que se refleja su actuación.
Pienso que el paisaje y los estratos que lo que han conformado en éstos últimos años, están en deterioro. Este deterioro, provocado por la acción del hombre, genera inestabilidades, interferencias…
Estrato superficial en el que nos encontramos. Donde ocurren interferencias en las estructuras rizomáticas. Estructuras que deben de estar interconectadas y su vez ser interdependientes, sin jerarquías, con capacidad de cambiar su naturaleza, y donde el individuo debe actuar consciente de su poder para no ser absorbido por el biopoder.
La mala hierba, “rabo de gato”, es una planta que fuera de su habitat de origen, causa fuertes estragos en la naturaleza. La intención de llevar a cabo ésta intervención en el paisaje, es hacer una llamada de la atención a través de bolas rojas, e insertándoles sobre la tela una letra de la palabra rizomático. ¡Algo ocurre con nuestros estratos superficiales! Es nuestra actualidad, nuestro momento, nuestras acciones….
Además, de hacer una llamada de atención, sería necesario convertir, la invasión negativa provocada por la planta, en el comienzo de una nueva creación. Teniendo en cuenta que es una planta que enraíza en cualquier lugar: no necesita una directriz, cambia la naturaleza del lugar… Lo que propongo es tomar las cenizas obtenidas de la quema de las semillas e introducirlas en piezas pequeñas, para que formen parte de un MECANO. Como la intención es realizar esta acción repetidas veces, el mecano iría ampliándose. Este no es para ser expuesto en el paisaje, por lo menos después de ésta intervención, pues la cantidad recogida no es demasiado grande. Pero sí se podría hacer más adelante. De la misma manera también se podría realizar en una plaza, calle…
mi trabajo, el cual, será el comienzo de una serie de intervenciones en el paisaje. Como he explicado anteriormente, consistió en envolver cepellones de ejemplares de Pennisetum Setaceum con tela roja, donde va pintada una letra de la palabra “rizomático”.
Para ello solicité un permiso a la Concejalía de Medio Ambiente del Puerto de la Cruz, el cual, obtuve con rapidez. Esto determinó cual era el lugar a intervenir, la montaña La Horca o el Barranco Tafuriaste. Al no encontrar al dueño del terreno que había elegido de dicha montaña, y el permiso obtenerlo por parte del ayuntamiento para el Bco. Tafuriaste,(a la altura con el cruce de la Ctra. de Las Tapias), no dudé en elegir éste.
Comenzamos tempranito, la mañana del sábado día 24 de Mayo de 2008. Había llovido un poco por la noche y el día no prometía ser esplendoroso. Llevaba preparada las telas con cuerda enlazada alrededor de ella y las letras pintadas con ayuda de una plantilla de acetato. Al llegar al lugar escogido, comenzamos a elegir los cepellones en los que íbamos a intervenir. De cada cepellón recogimos sus florescencias, las metimos en bolsas plásticas y seguidamente la cubrimos con una de las telas rojas sin tener en cuenta el orden de las letras y la situación de los cepellones. La intervención en dicho lugar nos llevó unas dos horas y no esperaba que se parara tanta gente a preguntar o simplemente a observar lo que hacíamos. Las respuestas fueron diversas: muy bien, no lo entiendo: bellas artes? ¡si hay mucha basura aquí!, deberían solucionar el problema,… Además de los coches que se paraba o aminoraban el ritmo para ver que hacíamos. Por lo que decidí dejarlos hasta el lunes día 26 de dicho mes. Este trabajo guarda relación con la obra de Christo Javachef y por otra parte Jacques Simon. Pero, intento darle una vuelta de tuerca al recoger parte de la materia que es tapada, quemarla y crear con ella una nueva naturaleza que consiste en crear un mecano. Y esto, en relación con el texto del libro Mil Mesetas: Capitalismo y esquizofrenia. “Rizoma”. Deleuze y Guattari.
Sin embargo el tiempo ha sido corto, y para este curso, sólo puedo realizar la quema y dejar la construcción del mecano para más adelante.
La forma de vida que tiene el hombre, ha hecho posible el conocimiento de otros lugares, y con ello el traslado tanto de culturas, como de especias, de animales… y como no, de ejemplares de plantas. Ese deseo de conocer lo exótico y además de traerlo hasta su territorio como recompensa, negocio o simplemente capricho, ha hecho que mucho de los de animales y plantas sean un peligro para su nuevo hábitat. Y este es el caso del conocido “rabo de gato”. Un ejemplar etíope, traído al mundo occidental como planta ornamental, y convertida en plana invasora, no sólo en Canarias sino en EEUU, Mexico, el Mediterráneo…
La Pennisetum Setaceum (rabo de gato), es una planta perenne, de hojas cortantes, que forma cepellones difíciles de arrancar, llegando a alcanzar hasta un metro de alto. Esta planta germina con facilidad, pues, sólo necesita de un sereno, dando igual que haya sequías; ella no desaparece.
Crece en lugares de difícil acceso, ocupa huertas abandonadas, aparece donde hay movimientos de tierra, y sobre todo en los bordes de las carreteras, pues el viento, es un factor que favorece la proliferación. Tanto la circulación de vehículos como las corrientes de aire en sí, hace que se esparzan las semillas con muchísima facilidad.
Esta planta se desarrolla, rodeando la flora local y asfixiándola, apoderándose así del terreno y siendo capaz de aclimatarse en altitudes de hasta 500-800 m.
Actualmente existen estudios y proyectos para eliminarla, pero, ésta es más fuerte y más rápida en su conquista del terreno, que los trabajos de erradicación que han llegado ha realizar con ella. La forma actual de acabar con ella es a través de un proceso mecánico o químico. El químico es a base de herbicidas y el mecánico consiste en cortar las espigas, meterlas en bolsas plásticas para luego quemarlas, y una vez hecho esto, se arranca de raíz el cepellón.
Creo que a la administración pública se le queda grande el problema y quizás sea necesaria una colaboración por parte de los ciudadanos.
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